Mostrando las entradas con la etiqueta muerte. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta muerte. Mostrar todas las entradas

miércoles, 17 de abril de 2024

Más tiempo

 

"Si con sólo un toque de su mano la ferocidad le daba algo de espacio al amor, qué no
podía ser posible entonces con un poco de tiempo?"
Pablo Ramos. La ley de la ferocidad.





debe ser la fecha
32 años
un día como hoy, hace 32, respirabas aun y yo no era huérfana.

hubiese dado lo que sea por un poco más de tiempo

aunque te las arreglaste o se arregló mi cabeza para que estés.

un poco más de tiempo
para que estés en mis 15 y en mi graduación
lo que sea
no me hubiese importado ser una empleada gris, casada con mi primer novio por obligación tuya y que viajara cada 6 años a votar a Sanguinetti o a quien el diga.

unos años mas para que nos críes con Bettina
para que les digas a tu hermana y a las primas que soy familia y la sangre no es agua
para que mamá y yo no nos sintamos como hace unos días
dos hormigas largadas al mundo.

ese hueco que logré que no sangre más
pero que sangró e intenté tapar con tipos que creía eran algo de vos- fechas, enfermedades, coincidencias pelotudas desde una pleura agujereada a un vampiro que lógicamente no existe-

hasta que vi que no quería un padre 
sino a vos 
a mi Padre.

no se cómo hago a veces a vivir sabiendo que no voy a tenerte nunca más
ya lloré mares y me rompí buscándote.

saco fuerzas en estas letras y doy vuelta la página.


jueves, 18 de mayo de 2023

Alguien en el mundo

 
"de un tiempo de paz, sin paz".
Spaghetti del rock. Divididos. 

San Jorge, 11 de octubre de 2022 en adelante.


Nada puede ser peor, al menos para mí, que quedar huérfana por partida doble.
Y eso casi me pasa hace una semana y pico cuando una voz me dijo impávidamente al otro lado de la línea telefónica que me quede tranquila pero que mi madre acababa de tener un accidente y estaba en la guardia del sanatorio local.

Cuando creciste en un lugar pequeño, hay calles que se hacen insoportables. 
El mismo recorrido al mismo hospital al que fui a ver a mi Viejo por penúltima vez, donde fui a buscar a mi Abuelo para que festeje las fiestas justamente festejando y no esperando morir como le pasó 11 días después de Año Nuevo y en donde fui a ver a mi Vieja cuando se agarró neumonía en pleno verano por no poder llorar la muerte de mi Viejo.

Entré corriendo y de ese espasmo brutal que me atravesó al verla sangrando; con tubos, agujitas y suturas; me sacó la médica de guardia. “Flaca, acá cualquiera de esta edad y este peso; chocado por una 4 por 4, sale muerto y ella ni va a pasar a terapia intensiva”.

Recién ahí lloré. Lloré por el miedo, por la vida, por la puta muerte. 

El corolario de este tiempo pandémico que jamás espere vivir en este lugar al que llamo aldea, no podía ser menos que una madre que casi se muere. 

Pensar en la muerte una vez mas.
En llegar a una casa y que solamente te miren dos gatos que buscan a alguien mas.
En que te traigan comida o regalos personas con las que tenés trato y que sin ser tus amigos entienden eso de ‘hija única con madre viuda a cargo’.

En todo eso, durante; me decís por teléfono que pensaste en que viaje con vos y tus amigos, un fin de semana al mar. Un viaje que ya tenían armado. Y me decís “pensé en invitarte”.

Invitarme a mi, que te tiré o se me cayo un vaso arriba de tu cabeza la última vez que viajamos porque sabes, a veces la pata de palo patea tremendamente.
Yo que te insulté, culpé y pelee.
Ni yo viajaría conmigo misma -menos en estado de cuasi completa orfandad- y vos me invitás.
Sonrío. Entiendo que soy insoportable.
Y que no se aun comportarme sin romper. 

Los peores últimos días de este tiempo que se reinició el 11 de octubre y el mejor mensaje. Alguien de este lado del mundo. Alguien en el mundo. El susto, la rabia, la muerte, la suerte, la voluntad, las ganas. La vida misma.

jueves, 26 de enero de 2023

Feliz eternidad, mi segundo Viejo

Un lírico que amó este mundo, su gente y su paisaje”. Memorias en el tiempo. Lázaro Flury.


La imagen es una foto restaurada por Arturo Amadío.

Cada quien recuerda como puede. Miro la foto de tu gesto distante y adusto sobre tu escritorio que ahora es mío. Hace una hora vi la noticia sobre el núcleo de la tierra que al parecer no es tan estable ni preciso y recordé cuando quisiste ir de excursión…

Excursión con unos colombianos que prometían llevarte a la tierra hueca y hasta el mismísimo núcleo.
Y la abuela te dijo contundente:
“Si vas, me separo”.

Y para vos nada era más que el amor de la abuela. Esa a la que llamabas “mamá”. Esa a la que no pudiste extrañar y te moriste atrás de su muerte.

Para mi que te fueras, fue mucho. Para variar. Mucho.

Eras mi último referente cuasi paterno (no abuelo, tu hijo no te llego jamás ni a la planta del pie).
Eras ese ser “famoso” por publicar un alfabeto extraterrestre con Fabio Zerpa, hablar de tecnología en los 40, de peronismo en los 70 y de decadencia cultural en los 80. El que estuvo preso por anarquista y terminó siendo Juez y dirigiendo una escuela. El que venía de una colonia suizo alemana de nombre impronunciable. 

Y eras mi abuelo. El que se olvidaba de sostenerme la hamaca y me estampaba en el barro cuando estaba recién bañada, el que me daba diez pesos -en esa época- para revolear en el kiosco “de la Titi”, el que me dejaba revisar sus diapositivas con rituales indígenas por más que yo también fuese ‘huinca’. El que se accidentó yendo a comprar leche. 
El que no pudo no llorar cuando agarró la manija del cajón que llevaba a mi Viejo. Y que se bancó mi fiesta de 15 y mi graduación con traje y corbata con Alzheimer y con 35 grados a la sombra.
Hoy todo te da la razón.
Los que te envidiaban siguen haciéndolo.
Los que te juzgaban, también.
Pero los que te admiran y aman y reconocen son cada vez más y eso me explota de orgullo.

Y yo entiendo que hace años, tuve que anudarme el alma para poder cerrarte la boca (ahí aprendí sobre rigor mortis) elegir tu camisa y tu ataúd mientras mami lloraba y mi tío al otro lado del teléfono decía “caramba”. Y para oír a tu amigo Giordano cantando “que va envolviendo tu corazón”. Y para ver por segunda vez ese lugar donde estaba Papi o lo que quede de él.

Y se que no fui fría, fui fuerte.
Y se que te quise y te quiero y que soy un poco de tu sangre, bastante de tus huesos y más aún de tu cerebro.

Feliz eternidad Viejo segundo. Y espero inmortalidad mediante; no volver a vernos… 

jueves, 5 de enero de 2023

Gatos negros

"No reconozco el punto justo donde hay que frenar". Pasos al costado. Turf.



Adopto gatos negros para salvarlos.
De que los maten. O de que nadie los quiera porque los creen portadores de mala suerte. O de que creyendo que son el diablo, los sacrifiquen.

Porque desde que se murió mi Viejo tengo un temita personal con la muerte.

Trato de arrebatarle todo lo que pueda. 
Además de a mi misma.

martes, 21 de junio de 2022

Volvimos a ser 5

 "Y una lucidez con vida de mariposa de dos segundos
desesperada y heroica, consigue traer de nuevo a
sus padres, juntar nombres con rostros". 
La niebla. Agarrate Catalina.


"Si hacés que vuelva, vamos a volver a ser 5". Eso dije desesperada, mirando al cielo y con una foto de mi viejo dada vuelta entre súplica y amenaza cuando hace tres días, se perdió uno de mis gatos.

Junio es un mes bravo. Cumpleaños y Día del Padre, dos fechas en donde recordás aún más que al menos él no está de este lado del mundo. Para decirlo sin vueltas, que está muerto.

Sin embargo, hace unos diez días, algo cambió en ese patrón que parecía inamovible. Al lado de Ramsés Segundo, mi gato, apareció otro igual a él solo que más pequeño, parado en la terraza. Tenía hambre y frío. Con mi Vieja logramos bajarlo pese a la noche y el viento. Lo alimentamos y abrigamos, no tenía collar y una vecina nos dijo que lo adoptáramos porque había algunos gatitos que estaban por el barrio y no eran de nadie.

Eso hicimos. En una coordinación que pocas veces logramos mamá y yo, acondicionamos un cuarto para el nuevo minino al que coincidimos en bautizar Thor, llamamos a la veterinaria para que haga su ficha de salud y lo revise y finalmente le pusimos un collarcito para que se lo identifique como gatito con humanos responsables (me niego a decirme dueña de animales como si fuesen caramelos).

Pero el fin de semana, Thor quiso seguir a Ramsés y no volvió. No volvió por las 8 horas más largas que recuerde en este último tiempo. Entonces más allá de buscarlo y llamarlo y en la previa del Día del Padre, le pedí a mi Viejo que lo ayudara a volver a casa sano y salvo. 

Y casi sin pensarlo dije al aire que si volvía, volveríamos a ser 5 en esta casa en la que crecí y en la que vivo otra vez desde que empezó la pandemia.

Es que en este lugar que ahora se hace gigante, viví mi infancia con mis abuelos maternos, que estaban al lado y prácticamente con nosotros. Con mi Vieja y con mi Viejo hasta ese día en que se murió y yo dejé a la infancia bien encerrada en algún lugar para poder sobrevivir. Éramos 5. Quedamos 2. Aunque sumando a mis ahora dos gatos y a RAM, que vive en una parte del patio convertido en planta de glicinas, el número volvía a ser ese del origen, al menos del mío.

Cuando Thor volvió, además de llorar ahora porque había aparecido, le dije a mi Vieja esto que escribo. Por alguna razón ella terminó preguntándome si yo sentía que había hecho mal en dejar que mi viejo me viera días antes de morir, si no me había quedado yo con una impresión que me estaba cagando la vida. Le dije que para nada, que gracias a eso pude verlo por última vez con sus enormes ojos verdes abiertos y mirándome. 

Mi Vieja habló de cosas que cargó por años porque como bien me dijo "no estaba preparada para que tu papá se muera y menos cuando vos ni tenías 12 años". 

Después de esa charla que tal vez nos debíamos hace tiempo, fuimos a la plantita de RAM a saludarlo como cada noche. Acostamos a Ramsés y a Thor, cada uno en su camita. Le dije que la amaba mucho y me dijo que ella también. Y pese a que esta casa ahora esté en venta y estemos en planes de mudanza, sentimos ambas que, otra vez, estemos donde estemos, volvemos a ser 5.

viernes, 25 de febrero de 2022

Las nubes, los gusanos y las moscas. A Rodrigo Conti, in memoriam


"Quiero pedirles que vuelvan conmigo".
Los Chicos. Calamaro.



Me pregunto si las moscas o los gusanos se están comiendo a Sol o a la dra. Mir o a la madre de mi amiga que es más chica que yo y se quedó sola. Me pregunto si la vida puede ser algo que al fin y al cabo termine más o menos igual que una bolsa de residuos. Me pregunto si hay manera de evitarlo y si creernos inmortales puede salvarnos.


Me pregunté siempre desde mi visión psi cuánto de verdad hay en esa premisa freudiana que dice que toda muerte es un suicidio disfrazado.


Siempre me puse del lado de los que se van. Por qué. Por qué no piensan en sus hijos, amigos, gente que los quiere. 


Hasta que vos Rodri, hace semana y algo, hiciste cuerpo esa foto con tu moto, los ojos al infinito y el deseo de que te de el viento en la cara. 




Rodri, ni llegabas a llevarme diez años, eras mil veces más sano que yo, más ordenado y más metódico. Aunque eras Géminis, como siempre te decía. 


Hace menos de un mes nos escribimos. Me agradeciste unas palabras sobre tu hermano que había muerto hace poco y yo agradecí una vez más tu amistad. Hablamos de la carpeta de proyectos que aún está en mi notebook, que se llama rodriyclarialcuadrado; si otro chiste astrológico más. 


Y de repente me entero de que te dio un ACV. Y de que tu estado es crítico. Y me desespero, prendo velas, lloro, armo cadenas de oración porque mi ateísmo se diluye a veces. Y le escribo a esa mujer gigante que tenés por esposa y le digo que cuente conmigo. Y ella con una dulzura impensada en ese vértigo me agradece y me habla. 


Lloro.


Al día siguiente un colega me textea: “Lamentablemente falleció”. 

Lloré. 

Le pedí perdón a mi gato porque se asusta cuando lloro.

Me fui a la terraza a hablarle al cielo. A hablarte.

Y por primera vez pensé en qué es lo que nosotros no hacemos para que personas como vos no se banquen un poco más de este lado. Que está fatal pero del que, al menos tenemos certeza. 


Bajé de la terraza y me puse a buckupear todos los videos que le hiciste a tus hijos.

Miré mi teléfono y vi que en esa hora inenarrable donde te estabas yendo -quiero creer a una nube que te deje cruzártelo al Diego-

yo estaba sacando fotos y había un arcoíris.


Me dio algo de paz ese último café que tomamos antes de la pandemia. Poder decirte "gracias amigo" por tantas cosas.

Y me la sacó pensar qué carajo te estaba haciendo doler tanto.


Pensé en tu trabajo y en tu vocación y en que ese profesionalismo del que hablamos horas, parece demasiadas veces jugar en contra.

Lloro otra vez.

Pero me digo que por tu memoria, tengo que aguantar. 

Por algo esta semana me animé a decirle a una amiga que no estaba tan bien como con éxito aparentaba.


Vuelvo a mirar nuestros últimos chats.

Me parece mentira oírte aun. 

Me enorgullece que cada persona con la que hablo me dice las mismas palabras de vos: “Un buen tipo”. ¡Como si necesitase confirmarlo!


Y ahora lloro de verdad. Porque recién cuando pongo en palabras este tormento de estados, la realidad se desanuda un poco y me permito mermar el dolor.

Y vuelvo a entender una vez más porque la dra Mir me decía que “escribir salva”. Y lloro también porque no estás.


O si. Estás. 


Están


Espero que en algún lugar donde todo lo que les jodía de este mondo cane ya no exista. Y en donde no haya gusanos ni moscas. Solamente caminos de nubes inacabables para que vayan de una a otra, a decir de Onetti, “combatiendo la idea de que ni los pasados pueden conservarse inmutables”entreteniendo por siempre su inquieta y persistente eternidad. 

sábado, 22 de enero de 2022

Saber de vos, llorar. Papá

 "El eclipse no fue parcial"
 para tres. Gustavo Cerati.


¿Viste cuando lloras pero lloras por todo?

¿Cuando lloras porque te pasa esa sensación tan extraña e inusual de algo atragantándose en tu garganta y explotándote por las pupilas?

¿Cuando lloras por algo que ni siquiera tiene que ver con ese prodigio que logra mojarte los ojos tan bien blindados?


Eso me pasó hoy.


Cuando Julio, el amigo de mi viejo, me dijo que se sentía en falta conmigo por no haber hecho algo antes (no importa el tema que venía a cuento).


“Tendría que haber llamado ayer o antes de ayer pero el calor me tiene mal,  me siento en falta con vos”.

Eso me dijo Julio.


Y a los dos minutos corté con una salida graciosa porque no, no aguantaba más las lágrimas.


No es tristeza, 

o si, pero es de antes.


Es emocionarme por saberme querida por alguien que te quiere, papá

Y a quien vos quisiste.


Es sentir que aún aunque no lo note, desde alguna nube, 

compensas en algo el haberme dejado tan sola, tan chica, tan niña.


En este mundo donde tu falta se hace aún más grande.


Donde hace un mes, un mar y alguien mas me hicieron reír por más que sobre alcohol y falten tangos

O las dos cosas

O no sé.


Hasta que vos me lo aclares.

martes, 11 de enero de 2022

Feliz eternidad, Papá

“Las manos de mi padre protegiéndome del mundo entero”. 

El Viaje. Agarrate Catalina.




Creo que me acuerdo de tu último cumpleaños. Un día como hoy, hace tiempo. Estabas vivo. 
Como cuando pese a tus dos accidentes no usabas bastón delante mío porque no me gustaba y te aguantabas el dolor, ese día de enero, con un sol que rajaba la tierra, comiste los tallarines que yo te había preparado en mis clases de cocina. 

Hacía un tiempo, pasando las fiestas, en que decías que te costaba tragar, ergo comer. En mi cabeza aún de niña y de 11 años, pensé que eso no podía pasar con tu comida preferida y menos si la preparaba yo! No entendía que lo que te jodía ahí en el medio del cuerpo era el puto cáncer…

Nunca me gustó cocinar. No me gusta. Pero guardo al día de hoy las fotos que me sacaste con cada plato que hice en mis tres meses de clases de cocina y decoración. 

Y guardo también tu sonrisa hermosa viendo esos tallarines cual torta de cumpleaños, terminándote toda la porción. Con tus ojos verdes como saltando y tus mejillas que iban del blanco al rojo. 

Sonreías
Siempre lo hiciste
Nunca ni siquiera la última vez, te vi bajar la guardia al menos frente a mi.

Será por eso que pese al tiempo, en algún lugar te sé vivo, de otra forma, quién sabe cómo, pero vivo, sonriente y con esa fuerza que te volvía (mi) superhéroe. 

Si el puto cáncer
El pucho
Lo que vos llamabas la buena vida,
No te hubiesen cobrado al contado la cuenta, tendrías 90 largos. Vos decías que no querías que te viera viejito. 

Ay papi. Daría lo posible y lo imposible por verte. Por un abrazo más. Por sentir que entre tus brazos de verdad era invencible.
Por decirte que te reconocería defectos si tuviese(s) alguno.
Por oír tu voz llamándome -Clarisita-.
Por volver a cocinar para vos.

Quiero llevarte a Uruguay este año. Nos lo prometimos de algún modo. Quiero sentir que tus años ya no se cumplen porque sos “condannatamente” eterno.

Porque sos dueño de una parte del cielo en donde todos los días te sentas a mirarme todavía crecer, con tus infinitos inmensos hermosos ojos verdes. (¡Como los míos!).

miércoles, 14 de julio de 2021

Las mantenidas sin Padre

                                                   A veces un sorbo de sol tibio la separa de la niebla. Y una lucidez con vida de mariposa de dos segundos, desesperada y heroica, consigue traer de nuevo a sus padres, juntar nombres con rostros y revivir un Domingo hecho del tiempo en el que su amor está siempre vivo. en el que siempre hay risa, en el que siempre hay baile y en el que siempre es feliz como era”.
La Niebla. Agarrate Catalina. 



Supongo que hablar (escribir) de la muerte que tanto se empecina en recordarnos su existencia es mi única forma de conjurarla. Había apenas aceptado en mi cabeza que ya hacía un año de la muerte de la doctora Mir. Y de ahí en adelante la sucesión es tétrica, me vuelve una observadora que siente que nada puede hacer o hace poco. 

Se murió Sol y desde ese día no pude volver acá a escribir nada sencillamente porque no me salía. Pero después de Sol se murió la madre de una amiga y el padre de otra. Y en ese ínterin fatal me pasó algo que no pensé jamás sentir siquiera.

"Es la primera vez en que me hubiese gustado escribir para la mierda", le dije a mi amiga San por teléfono y le mandé la captura de un chat donde una vecina contestó a mi saludo al enterarme de la muerte de su papá diciéndome que "recibí ese llamado, a la madrugada, ese llamado que nunca querríamos oír. Sonó el teléfono y eso que escribiste fue lo que me vino a la mente". 

En todo eso, recalibré unas líneas que hacía mucho había empezado y que logré cerrar a modo de ofrenda para mis amigas, recientemente incorporadas a eso que llaman orfandad.

"Las mantenidas sin padre"

*Para Lis y Negrita y para todas nosotras.

Hace tiempo ya, parafraseando ese tema y cambiando la palabra sueño por padre; empecé a escribir sobre nosotras. Ese raro ejemplar de hijas únicas de madres viudas en una sociedad que insiste con imponernos el formato Campanelli. 

Estamos solas. Porque indefectiblemente somos en un momento madres de nuestra madre. Porque ya nos tocó parir la muerte de nuestro padre. Porque tenemos ya el espinazo roto desde el golpazo de la orfandad desde hace un tiempo. 

Pero también sabemos que en ese golpe, en esa cicatriz, en ese agujero; está la puta fuerza que nos sostendrá por siempre. Porque si y porque no nos queda otra más que ser fuertes y poder con todo. 

Porque somos varias y de a poco nos cruzamos y nos vamos ayudando a mantenernos sin padre ni madre y a veces hasta sin sueños pero con una fiereza que hasta hace pasar de largo a la mismísima muerte. 



sábado, 15 de mayo de 2021

Chau, Solcito (in memoriam de Sol Casella)


"Supongo que habrá una ciudad entera y me sirve de consuelo si me esperas allá".

Los Chicos. Calamaro.


Habíamos hablado hace dos meses como mucho. Siempre te decía que eras lo mejor que me había pasado en lo que fue mi cierre de etapa como periodista. Verano del 2015. Yo presentaba un libro en un congreso y vos eras una alumna entre otras que escuchaba. Cuando terminé te acercaste con un grupo y me mostraste un papel con nombres de autores que yo había mencionado para que te diera referencias.

La charla fue más o menos así: -¿Quienes son Polosecki y Kapuscinski?  

-¿En qué año de la carrera estás?

-Casi en tercero. 

-Si todavía no te hablaron de ellos te están robando la plata. Cambiate de facultad.


Eso te dije y te pasé mi teléfono. Cuando me escribas decime “soy Sol, la de Géminis, de la UP”. Y eso hiciste. Me alegró verte tan chiquita y con tantas ganas, con esa voracidad que se necesita para los oficios que amamos y que es cada vez más infrecuente. 

Desde ese encuentro, siempre seguimos hablando. Te cambiaste de facultad y se notó porque tu enfoque de la realidad giró exponencialmente. Recuerdo cuando me preguntaste si tomar o no una pasantía en Egipto. Te dije que sí. Pero me daba terror que te pasara algo en épocas de (más) convulsión armada en el mundo árabe. 

Volviste sana y salva y te metiste en dónde fuera. Acumulá horas de experiencia, te decía yo y vos me cargabas diciéndome que no era que me estaba poniendo grande sino que había vivido mucho en poco tiempo. 

Nos reíamos de nuestros nombres. Clarisa y Sol parecen un pre designio de tener que encontrar cosas y sacarlas a la luz. Hablamos de eso cuando mandaste al frente a un político del lugar donde vivías y yo te dije: "Nena, por favor cuidate". 

Amabas escribir. Íbamos a hacer un taller en unos meses. Tu historia fue contar historias. Fue. Porque ayer tus pulmones colapsaron en una clínica de Buenos Aires. 

Te habías recuperado del Covid pero los resabios te jugaron la peor pasada y te reingresaron con neumonía bilateral. Eso me dijeron algunas de tus compañeras cuando leía aún sin creerla, la noticia donde tu muerte era; justamente la noticia. 

Un grito sordo me salió desde el centro del cuerpo y se me atragantaron las lágrimas en ese lugar donde duele lo que de verdad duele. Estuve casi una hora petrificada esperando que algo o alguien me diga "Sol está viva". Pero no.

Los pésames y el recuerdo de lo enorme que fuiste con apenas 24 años se acumulaban en las redes. Desde la facultad hasta las corresponsalías y medios en los que escribiste. Me salió una sonrisa cuando desde una agencia internacional te despedían como una cronista que buscaba las historias y no ser "el tema de tapa". 

Escribo esto mientras pienso que en unos días iba a mandarte un mensaje diciéndote feliz cumpleaños, felices 25. Escucho lo que jamás imaginé serían tus últimos audios. Algo de vos está en esas palabras. Algo de tu aire, ese que te esquivó ayer cuando la línea del aparato que te mide los signos vitales fue irreversiblemente plana, sigue ahí para siempre. Algo de vos sigue en tus notas que guardé una por una en una carpeta por si acaso  la inestabilidad de la web. Cantar es disparar contra el olvido, aseguran. Escribir es mi forma de cantar y recordarte.

Ya no voy a poder tomarme un cafecito con vos como habíamos planeado. Pienso que cuando pase esto y pueda viajar voy a ver tu foto en un mármol en algún cementerio del conurbano. Y voy a decirte lo más cerca que pueda, "Chau Solcito".

Si hay un lugar donde van los que se van, que sea lindo. Que te deje seguir, como siempre, brillando. Si te lo cruzas a Polo en alguna nube, sentate con él, ahí que ya no hay tiempo. Ahí donde la eternidad es tu nueva y gran próxima historia. 






lunes, 19 de abril de 2021

18 de abril, 3.33 am

Foto del último cumpleaños que festejé con papá

Fue un día como hoy, solo que tenía 11 años. El ring del teléfono, aún de Entel.  Ver el reloj. 3.33 am

Mami llorando en el baño diciendo solamente como letanía “Se murió”

Yo entendiendo que ahí se terminaba mi infancia

Que como dice la murga: “Una lucidez con vida de mariposa de dos segundos, desesperada y heroica, consigue traer de nuevo a sus  padres juntar nombres con rostros y revivir un domingo hecho del tiempo en el que su amor está siempre vivo en el que siempre hay risa en el que siempre hay baile y donde siempre es feliz como era”.

Yo entendiendo ahora, que sos un tano colgado y que a veces tengo que gritarte pero que estás 

Que seguís estando como hace unos días cuando me animé de nuevo a nadar. Nadar Sola

Que me duraste poco, si

Pero que sos y serás el mejor papá del mundo

El que eligió tenerme por más que “ya era grande”

El que me enseñó de dignidad, valor y fuerza y de no dejar ganar a ningún hdp

Ojalá siempre sea

Digna de ser una Ercolano

Una mezcla de humanidad con dioses que resiste hasta los volcanes

Te amo

Te extraño

Te llevo en mi con esa entereza que me costó pero que logré.             

Tesoro de mi alma. Sangre de mi sangre.

sábado, 23 de enero de 2021

"Ni a la muerte"

 

De un tiempo a esta parte me vengo planteando el abrir este espacio a otros que como yo creen que escribir, salva. Hace casi un año, un querido amigo perdía a uno de los suyos. Como ambos tenemos horarios noctámbulos y como lo quiero muchísimo, me quedé a la distancia aguantando un poco su dolor, poniendo la oreja. Así me compartió este texto que en 2011 su amigo había escrito, como necesidad, premonición o trascendencia; quien sabe y que le dije de subir a este blog. Tarde pero a tiempo, "Hijos míos", el texto que Alejandro Roger dejó como manifiesto y porque no como una suerte de enseñanza.


Hijos míos: Hay un tiempo para nacer, un tiempo para crecer, un tiempo para morir. Por eso, lo más valioso es lo que grabamos en el alma, a través de los mejores pensamientos, sentimientos y acciones.

Quien sabe que su cuerpo es el tiempo, comprende la vida y sabe que cuando termina el cuerpo, termina el tiempo y tal vez comprenda y haya aprendido que lo que viaja dentro del cuerpo y con él, es infinito y eterno.

Quiero ajustar mi tiempo y vivir estos momentos como los mejores instantes de mi vida, sintiéndolos muy cerca en nuestras almas y grabemos esos instantes en lo profundo de nuestro ser, en lo profundo del corazón: …”Es noche para amar, como ninguna. Para morir también, pues todo tiembla, Con el misterio de las horas únicas…”

El Sentido de la Vida me atraviesa. Y solo puedo expresarlo en mi apertura y mi sonrisa, en mi abrazo y en mi mirada en búsqueda de la mirada profunda dentro de sus ojos.

Busquen el Sentido dentro de sus ojos, detrás de ellos y en lo profundo de su corazón. Allí radica la certeza de que la muerte nada detiene, de que es solo la apertura de los botones del maravilloso saco, para darle apertura al cuerpo inmortal, el energético, el espiritual.

Hijos míos, aprendan a amar mas allá del cuerpo y del ensueño, conózcanse a sí mismos y sus límites y así conocerán la verdadera liberación, la verdadera libertad, el verdadero amor.

No teman a nada, ni a la muerte, última ilusión de la conciencia.

Conozcan la conciencia y su funcionamiento en ustedes mismos y conocerán el funcionamiento de la especie humana.

Queridos hijos, intenten sin descanso ser coherentes (pensar, sentir y actuar en la misma dirección) y traten a los demás como quieren ser tratados. No pierdan el tiempo: conéctense con ustedes mismos (hay herramientas para ello, saben que yo las utilizo) y reconcíliense con todo lo existente, con ustedes mismos. Comuníquense con sus hijos, nunca dejen de intentarlo y traten de comprender a sus padres, puesto que nosotros nos hemos formado en otros paisajes mentales y humanos, que condicionaron nuestras actitudes, nuestro comportamiento.

Perder el tiempo es perder el cuerpo, el maravilloso traje del que hemos sido dotados para cumplir con la misión que descubramos (si es que deseamos descubrir el sentido de todo lo existente, el sentido de la vida).

Quedan por siempre en mi alma grabados los mejores momentos que vivo cuando miro hacia lo profundo de sus ojos y los siento dentro mío.

No tengo nada más importante que decirles, aunque tal vez ustedes necesiten que les diga que yo los amo… (pero sinceramente soy yo quien lo necesito) Yo los amo mas allá de mis ensueños, mas allá de mi cuerpo, desde lo más profundo, más allá de mis intereses. Yo amo la libertad que registro dentro de ustedes y eso lo aprendo de ustedes que me han permitido y me permiten su corazón.

Gracias por darle tanto a mi corazón, porque lo único que entró en él a través de ustedes, fue la alegría de verlos y de sentirme siempre amado. Gracias.

*Publicada originalmente en https://www.pressenza.com/

lunes, 4 de enero de 2021

Fuerza de abarcarnos

"No demasiado, solamente un toque,

acaso un leve rasgo familiar,

pero que fuerce a todos a abarcarnos

a ti y a mí cuando nos piensen solos".

Asunción de ti. M. Benedetti.




Otra vez. Una vez más. Ya ni sé por qué vez vamos. Una vez más esa promesa que ya ni vos ni yo nos creemos de "no me ves más, no te vuelvo a hablar en la puta vida, buena suerte y hasta luego"; fue una promesa incumplida. 

Otra vez una charla que empezó fría y casi a reglamento terminó en un "¿todavía no te diste cuenta de que te extraño?".

Y otra vez una llamada tuya empieza con esa palabra que en tu boca jamás va a sonar como en cualquier otra: Amor.

Y otra vez y esta vez si llegamos a fin de año sin tenernos bloqueados en los teléfonos y sin pensar mirando un nombre agendado entre cientos, qué será del otro.

Y otra vez, lugar común la muerte, y yo teniéndote porque si te soltara; creo que me estaría soltando.

Otra vez vos y yo y esto que seguimos siendo. Se llame como se llame. 

Esto que nos abarca aunque nos pensemos y aunque nos piensen solos.

lunes, 31 de agosto de 2020

A mi gatito RAM, in memoriam

"Supongo que nadie se va del todo, espero que exista algún lugar".

Los chicos. Calamaro.


 

Acaricio los rasguños que dejaste en sillones y maderas. Le digo a mi vieja que "no voy a vender esta mesa, tiene las uñitas de RAM". Hablo con mi amiga Luchy y me da la idea de que ponga un árbol sobre ese lugar donde no quiero creer aún que está tu cuerpito de gatito. Para que nazcas de nuevo y cuando haya un tronco, lo abrace sabiendo que hay algo de vos ahí. 

Si, supongo que nadie se va del todo como dice Andrés. Pero no fui ni quiero ir del otro lado para ver si es tan así. Hoy fui a dormir y no estabas arañando y ronroneando, cuidando mis sueños. Hoy trabajaba en la compu y no estaban tus coquitos en mis pies. Me faltás dolorosamente. Siento un ruido en la puerta del escritorio y creo que sos vos desde el más allá gatuno diciéndome 'acá estoy mami'.

Busco explicaciones ante tu puta muerte.  Llegaste en 2017 y me acompañaste en lo que fue la segunda temporada más heavy de mi vida. Me da la sensación de que pensaste "ya está otra vez siendo la Clarisa de siempre" y diste tu llamémosla misión, por concluida. 

Gatito, ¿cómo decirte que nunca estaría lista para que no estés? ¿que quería llevarte al mar y a conocer el paisito y que nos mudáramos juntos? 

Como decirte que vendrás conmigo, como plantita, como sea. Porque yo a esa huesuda hija de puta, siempre, como sea; se la termino ganando.

domingo, 9 de agosto de 2020

La muerte jode (parte2)

 


Son las 5.43 de la mañana y como cada vez que hay luna llena y tengo insomnio, pongo en el iPad una serie de tangos y hago como que los canto con mi viejo. Después veo de adelantar el laburo y de leer o estudiar y en el medio escribo. Como siempre, escribo. 

Hace dos días casi se muere mi gato. Hubo que drenarle los pulmones. Igual que a mi abuelo. Igual que a mi viejo. Igual que a tu viejo. 

Te lo conté y contra todos los pronósticos me acompañaste. Mi gato está bien. Vos me dijiste que él parecía un peluche y yo, un erizo. ¿Tanto te jode que tenga carácter? 

Unas horas antes de la operación me encontré un panadero. No pude evitar el link con "The Blower s Daughter", nuestra primera canción. Lo sostuve en mi mano, salí al patio y lo soplé con fuerza: "Decile a mi papá que quiero que mi gatito se salve".

No quería que mi gato se muera, si todavía creo que cuando pase la cuarentena voy a ir a ver a la Dra Mir y si cuando me aparecen nuestras recomendaciones compartidas no creo o no caigo de que esté muerta. El otro día le dije a mi amiga Sole que estaba dando mas pésames que saludos. Padres de amigas, vecinos, amigas. 

Yo odio tanto a la muerte que se que van a pasar añares sin cruzarla. Pero la muerte jode, la muerte de los otros, de los que querés, de los que te importan.

Hace un mes murió en un accidente la gatita de mi sobrina adoptiva. "No puedo llorar porque estoy medicada", le dije a mi amiga. Pero por dentro, sabe dios.

Y vuelvo a mi carpeta de laburo y de estudio. Y canto una vez más con vos, "por una cabeza, todas las locuras". 

Y mando besos a ese cielo donde estarás y donde están todos.

Y me guiñas el ojo como siempre...

sábado, 18 de julio de 2020

Muertes, cuarentenas y vos

"Tu sonrisa inolvidable me hizo tanto tanto bien".

Tu sonrisa inolvidable. Fito Páez.


Después de la muerte de la dra Mir, escribo en mi cabeza, pero sentarme a hacerlo en el papel / blog no me sale como pretendo; naturalmente. 

Murió también la madre de una de mis mejores amigas y no pude por obvias razones pandémicas, viajar a acompañarla. 


No puedo dejar de imaginar a la dra Mir, sola en su entierro apurado por el virus. Quiero creer dra Mir que estás feliz en algún lugar junto a tu gato Gandhi y tu viejo; aunque sepa que no te voy a ver y que no habrá más chats ni tanto que compartimos.  No puedo tampoco dejar de imaginar a mi amiga, sola recibiendo eso que fue su madre, ahora inerte. Pienso en la valentía con la que se habrá plantado sola y su alma, ante el final.

 

Las muertes y sus consecuentes pésames superan a los saludos en estos días. El papá de una amiga llevado por el puto cáncer. La angustia horrenda de sentir que no sabemos cuándo nos veremos ni, como dijo mi tía, "somos viejos ya, ¿nos veremos?".


Cada día de esta cuarentena es una situación literaria*Ramos dixit; ayudar en tres repatrios y sentir que si algo salía mal no había chance, era igual a muerte. Crear de la nada formas nuevas de ponerlo todo por escrito, trabajar pese a todo y conocer a todo un equipo por chat. 


Cuidar a los pocos que quiero mucho. Yo me siento cuidada, ya sufrí cosas mejores que esta, aunque suene exagerado. Yo sé por qué.


La pausa que a todos no puso la vida y que a mi me reencontró y por primera vez en tres años, ese reencuentro que reconoció y vio a la piba invisible.


Hoy mamá me recordó por enésima vez lo mal que la pasó con mi viejo en su etapa terminal. Antes hubiese sido una tragedia. Hoy es un “si, yo era chica pero me acuerdo, tenía 11, ni me dejaban entrar al Sayago” y cambio de tema. 

<te acordás cuando venía durmiendo en tu hombro y me desperté justo en ese lugar?>
Cumplí años. Y me sentí brillante aunque, y si; voy a escribir de vos toda la vida. Pero solo eso. 

No tuve ganas de que me llames, ni siquiera sentí una vaga nostalgia. Solo la anécdota de haberte conocido, justamente, en uno de mis cumpleaños. Y ese intento de novela autobiográfica que habíamos empezado a armar juntos.

Y que sigo escribiendo.


Y vos de repente diciéndome que desde el primer día te pasó lo mismo que a mi. Aunque en más de 10 años, jamás lo hubiese pensado de vos. Aunque por enésima vez ese "no te quiero ver ni hablar, morite" sea tal vez la mentira más grande que nos decimos. Aunque se me dibuje una sonrisa de esas que solo vos podes dibujar. Igual que te las dibujo yo a vos...Ahora que, por exceso de cuarentena o yo qué sé, no me lo negás.


Y continúa...


miércoles, 29 de abril de 2020

"Y desamordazarte y regresarte"

                                      Abril de 2018, en esa aldea llamada San Jorge.



Me sigue resultando increíble que entre vos y yo haya una pared y un mármol y algo de madera. Todavía tengo intacta la ilusión boba de que si abro el cajón tu cuerpo va a estar ahí como la última vez que lo vi. Y voy a poder abrazarte como si nada.

Pero ahora puedo hablarte. Me siento frente a tu tumba y te cuento mis derrapes, mis miedos y mis traumas. Y el día está horrible, casi tan feo como ese en que te fuiste.

Pero cuando digo que quisiera un abrazo sale el sol con todo. Y lo siento. Y quiero creer que me haces un guiño desde algún lado. Y te digo que me fui de pista. Que tengo una pelea con el tiempo.

Y te prometo llevarte al paisito de nuevo. Tu paisito. El mío. Ese que nos hace en parte todo lo bueno y lo malo que tenemos.

Y hasta te confieso mis miedos papá. Ahora que me animo a acercarme como puedo. Después de todo siempre estuviste ahí. En esa tumba que seguirá sin nombre. Esperándome.