martes, 14 de enero de 2025

Números, fechas y etc.

"A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana".
Graham Greene.



El 11 de enero, si estuviese vivo, mi Viejo hubiese cumplido años. El 11 de enero en Montevideo, primogénito del matrimonio Ercolano-Aspesi; abría por primera vez los ojos verdes mas bellos del mundo. Puedo imaginarlo aunque yo no era por ese entonces ni un embrión.

El 11 de enero de 2001, mi abuelo se murió. No tengo que imaginarlo. A la mañana muy temprano nos llamo Elsa, la señora que lo cuidaba. Nos dijo a mi y a mi Vieja que le pidió rezar un “Dios te salve”, la tomo de la mano y se durmió para siempre.

Es cierto, mi abuelo parecía dormido, así como estaba en la cama donde lo vi cuando fui con los de la funeraria a buscarlo mientras mi  vieja trataba sin éxito de comunicarse con su hermano. Creo que no tenia 20 años en ese entonces y no sabia lo que era el rigor mortis; por caso cuando mi abuelo abrió la boca y salto me desespere. Luego, elegir el ataúd; la ropa; como si estuviese eligiendo medias porque si lo pensaba dos veces no lo hacia.

Me acuerdo de haber mirado el cielo y de maldecir a Dios, un dios en el que en ese entonces creía. El ultimo varón de esta pequeña familia ya no estaba. Yo, mi Vieja y el mundo. 

En un momento trate de explicarme no tanto el por que, ya que superaba los 90 años pero si el como. Papi habrá querido festejar su cumple en el cielo con el? Algunas personas que estaban en el velatorio y me escucharon m miraron con cierta reprobación. Nunca entenderían que si yo veía cabalmente que ahí estaba el cuerpo inerte de mi abuelo, que iba a ser sepultado justo al lado de Papi y de mi Abuela; no hubiese soportado.

En ese entonces yo salía con un pibe de Córdoba, que en el mejor de los gestos, le pidió el auto al padre y vino a bancarme en esa parada. 

Trate de dormir algo entre el 11 y el 12 pero tuve una imagen como de mi abuelo saludando y pegue un salto que hizo que casi infarte al cordobés.

Después, claro; abrir el nicho y volver a ver el ataúd con papa (cuando murió mi abuela yo estaba de viaje).

Ahí me quebré, me salía que quería desamordazarlos y regresarlos. 

Uno de sus mejores amigos, Giordano Bruno, canto para despedirlo unas estrofas de Zamba de mi Esperanza. Al día de hoy agradezco ese cierre.

Muerte, cumpleaños, aniversario. Todo el 11 de enero, como una linea de tiempo caprichosa y jungiana.

Se cerro el nicho. El cordobés nos abrazo a mi y a mi Vieja y nos subimos al auto.