jueves, 18 de mayo de 2023

Alguien en el mundo

 
"de un tiempo de paz, sin paz".
Spaghetti del rock. Divididos. 

San Jorge, 11 de octubre de 2022 en adelante.


Nada puede ser peor, al menos para mí, que quedar huérfana por partida doble.
Y eso casi me pasa hace una semana y pico cuando una voz me dijo impávidamente al otro lado de la línea telefónica que me quede tranquila pero que mi madre acababa de tener un accidente y estaba en la guardia del sanatorio local.

Cuando creciste en un lugar pequeño, hay calles que se hacen insoportables. 
El mismo recorrido al mismo hospital al que fui a ver a mi Viejo por penúltima vez, donde fui a buscar a mi Abuelo para que festeje las fiestas justamente festejando y no esperando morir como le pasó 11 días después de Año Nuevo y en donde fui a ver a mi Vieja cuando se agarró neumonía en pleno verano por no poder llorar la muerte de mi Viejo.

Entré corriendo y de ese espasmo brutal que me atravesó al verla sangrando; con tubos, agujitas y suturas; me sacó la médica de guardia. “Flaca, acá cualquiera de esta edad y este peso; chocado por una 4 por 4, sale muerto y ella ni va a pasar a terapia intensiva”.

Recién ahí lloré. Lloré por el miedo, por la vida, por la puta muerte. 

El corolario de este tiempo pandémico que jamás espere vivir en este lugar al que llamo aldea, no podía ser menos que una madre que casi se muere. 

Pensar en la muerte una vez mas.
En llegar a una casa y que solamente te miren dos gatos que buscan a alguien mas.
En que te traigan comida o regalos personas con las que tenés trato y que sin ser tus amigos entienden eso de ‘hija única con madre viuda a cargo’.

En todo eso, durante; me decís por teléfono que pensaste en que viaje con vos y tus amigos, un fin de semana al mar. Un viaje que ya tenían armado. Y me decís “pensé en invitarte”.

Invitarme a mi, que te tiré o se me cayo un vaso arriba de tu cabeza la última vez que viajamos porque sabes, a veces la pata de palo patea tremendamente.
Yo que te insulté, culpé y pelee.
Ni yo viajaría conmigo misma -menos en estado de cuasi completa orfandad- y vos me invitás.
Sonrío. Entiendo que soy insoportable.
Y que no se aun comportarme sin romper. 

Los peores últimos días de este tiempo que se reinició el 11 de octubre y el mejor mensaje. Alguien de este lado del mundo. Alguien en el mundo. El susto, la rabia, la muerte, la suerte, la voluntad, las ganas. La vida misma.