jueves, 3 de noviembre de 2022

Salvarse/te

“Los que no pueden más, se van”.

Viernes 3 AM. Charly García.




Miro una serie italiana en Netflix. “Todos quieren salvarse”. Un pabellón de psiquiátricos que buscan volver al otro lado del muro. Quieren salvarse. Todos. No es un "sálvese quien pueda".


Una piba de 16 se mató hoy en esta aldea donde aún paso algunos días. Nadie dice “suicidio”. Pero ella se ahorcó. 


Nadie sabe que no se juega con el tiempo y que no se juega con lo sutil. Que hay cosas sagradas. O pocos lo saben.


Le rezo a quien sea y a lo que sea. A Rodrigo mi amigo que se murió de un ACV y que mi Vieja jura -y yo le creo- que vio cuando hace 20 días la chocó una camioneta que casi la mata.


Espero ese milagro porque no puedo esperar otra cosa.

"Sé tu propia pirata", me dice mi amiga Andrea. Mi prima en cambio me habla de "lealtades" y se hace la críptica aunque no tenga idea de lo qué significa. Menos mal que existe Andrea.


Imaginación, dicen en la serie. Eso que escribí: "Sí lo imaginas lo podes agarrar”. Como a las sirenas del mar. Esas que creaba imaginándolas hasta que alguien quisiera pescarlas en su red. Ahí volvían otra a vez a ser seres invisibles por más que los pescadores aseguraban verlas y oírlas.


Solo que ya no tengo 12 años.


Escribir salva. Y es lo único que me sale hacer cuando creo que ya no me sale más nada. 

viernes, 21 de octubre de 2022

Efecto mar y vos

 “Yo se que soy imbancable”. Alguien en el mundo piensa en mi. Charly García.




El mar de un lado y del otro, como si con un solo costado no alcanzara. Las estrellas que quedan, creo yo, más cerca. 

Estoy a kilómetros de mi epicentro. (No, centro es otra cosa).

Cuando me bajé hace una semana en esta ciudad, me pregunté varias veces en qué momento y en cuántos momentos, iba a querer salir corriendo. 
Nada de eso pasó. Jamás, nunca, sentí ganas de irme.
 
Ahora, el está a unos metros míos, trabajando. 
Se escucha a su tía 'Coco' decirle que se cuide del frío. 
Yo escribo unas notas. 

sábado, 1 de octubre de 2022

Tres días en la vida




Fue entre estos últimos tres días. Mamá me dice  que encontró un paquete de puchos en la alacena. Yo no fumo más hace tiempo y ella nunca lo hizo.

La caja es nueva pero el contenido... Son los que fumabas vos, papá. De repente recordé como con ingenuidad te decía que "me gusta que fumes porque por la luz del cigarrillo puedo saber dónde estas y encontrarte siempre". 

Son ya más de 25 años.

Y las mañanas de ese abril y de todos, siempre como rotas aunque se vayan reconfigurando. 

La pregunta es inesquivable: ¿Materializaste una caja de cigarrillos, papá?

La puse en el rinconcito donde está tu foto y la de tu padre.
Te extraño y lloré pensando si no podrías vos aparecerte así te veo un rato y de paso te doy tu caja de cigarrillos.
***

Cantar "Tan enamorados"
Y a rodar mi vida
Y cantar tus temas y filmarlos
Y saltar piedras gigantes
Caerme al agua
Reírme de todo
Hasta de lo que me da vergüenza
Y tomarnos todo 
Y comprarte medias
Y que nos crean esposos
Y meternos sin permiso donde sea
Y nuestras viejas y el recuerdo de nuestros padres
Y tu dibujo
Y mi vida, la tuya
Y la misa
Y que hagas asado y cantes "Por una cabeza" 
Y que al llegar respiremos aliviados: "No, nos matamos".
Y saber que eso que llaman futuro, vuelve a empezar a dibujarse.
***

No me dio bronca saber que estaba tu ex
ni que me lo cuentes
me dio bronca pensar que te quiero como para que me moleste.

Y que en mi, fan de Rocky Balboa, recién diez minutos después pensé en que me dijiste que si iba por tu zona; nos íbamos a la mierda. O sea que te querías ir conmigo.

"Siempre este parche en el ojo". De fondo suena Fulanos de Nadie mientras abro una cerveza.


viernes, 15 de julio de 2022

Al fin el mar

“Voy a estar ahí cuando eso pase, después del mar, después de todo”. 
Pablo Ramos.



Cuando el año pasado pensé que había tenido un 2021 olvidable, me acordé de que había visto el mar dos veces en esos 365 días.

Cuando hoy pensé que… no viene a cuento arruinar con quejidos esto que escribo, ahí estaba:

Al fin el mar


Tan imponente

Tan apabullante y generoso

Una ola puede tirarte y empaparte pero en tu campera encontrás nácar…


Y entonces mis pies descansan ahí

Y estoy sola

Y si

Voy más allá del cartel que dice “no

pasar”, porque hay algo que queda a la vuelta del miedo, siempre.


Hasta que noto que en minutos la marea crece. Y veo la luna. Y agradezco estar ahí por más que a todos les parezca una buscadora de gripes o de ahogamientos.


Y me encuentro en eso de donde soy. Y me voy abajo de la lluvia a desencallar una medusa que se había quedado sin fuerzas.


Al fin el mar

Lazo de mar

La tierra de agua que me llama cada vez más fuerte. 

martes, 21 de junio de 2022

Volvimos a ser 5

 "Y una lucidez con vida de mariposa de dos segundos
desesperada y heroica, consigue traer de nuevo a
sus padres, juntar nombres con rostros". 
La niebla. Agarrate Catalina.


"Si hacés que vuelva, vamos a volver a ser 5". Eso dije desesperada, mirando al cielo y con una foto de mi viejo dada vuelta entre súplica y amenaza cuando hace tres días, se perdió uno de mis gatos.

Junio es un mes bravo. Cumpleaños y Día del Padre, dos fechas en donde recordás aún más que al menos él no está de este lado del mundo. Para decirlo sin vueltas, que está muerto.

Sin embargo, hace unos diez días, algo cambió en ese patrón que parecía inamovible. Al lado de Ramsés Segundo, mi gato, apareció otro igual a él solo que más pequeño, parado en la terraza. Tenía hambre y frío. Con mi Vieja logramos bajarlo pese a la noche y el viento. Lo alimentamos y abrigamos, no tenía collar y una vecina nos dijo que lo adoptáramos porque había algunos gatitos que estaban por el barrio y no eran de nadie.

Eso hicimos. En una coordinación que pocas veces logramos mamá y yo, acondicionamos un cuarto para el nuevo minino al que coincidimos en bautizar Thor, llamamos a la veterinaria para que haga su ficha de salud y lo revise y finalmente le pusimos un collarcito para que se lo identifique como gatito con humanos responsables (me niego a decirme dueña de animales como si fuesen caramelos).

Pero el fin de semana, Thor quiso seguir a Ramsés y no volvió. No volvió por las 8 horas más largas que recuerde en este último tiempo. Entonces más allá de buscarlo y llamarlo y en la previa del Día del Padre, le pedí a mi Viejo que lo ayudara a volver a casa sano y salvo. 

Y casi sin pensarlo dije al aire que si volvía, volveríamos a ser 5 en esta casa en la que crecí y en la que vivo otra vez desde que empezó la pandemia.

Es que en este lugar que ahora se hace gigante, viví mi infancia con mis abuelos maternos, que estaban al lado y prácticamente con nosotros. Con mi Vieja y con mi Viejo hasta ese día en que se murió y yo dejé a la infancia bien encerrada en algún lugar para poder sobrevivir. Éramos 5. Quedamos 2. Aunque sumando a mis ahora dos gatos y a RAM, que vive en una parte del patio convertido en planta de glicinas, el número volvía a ser ese del origen, al menos del mío.

Cuando Thor volvió, además de llorar ahora porque había aparecido, le dije a mi Vieja esto que escribo. Por alguna razón ella terminó preguntándome si yo sentía que había hecho mal en dejar que mi viejo me viera días antes de morir, si no me había quedado yo con una impresión que me estaba cagando la vida. Le dije que para nada, que gracias a eso pude verlo por última vez con sus enormes ojos verdes abiertos y mirándome. 

Mi Vieja habló de cosas que cargó por años porque como bien me dijo "no estaba preparada para que tu papá se muera y menos cuando vos ni tenías 12 años". 

Después de esa charla que tal vez nos debíamos hace tiempo, fuimos a la plantita de RAM a saludarlo como cada noche. Acostamos a Ramsés y a Thor, cada uno en su camita. Le dije que la amaba mucho y me dijo que ella también. Y pese a que esta casa ahora esté en venta y estemos en planes de mudanza, sentimos ambas que, otra vez, estemos donde estemos, volvemos a ser 5.