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sábado, 21 de enero de 2023

Tormentas

 “De eso se trata esta tormenta”. 

Kafka en la orilla. Haruki Murakami.





Una de las pocas cosas que hago con regularidad desde que la pandemia y algunas malas elecciones me encerraron en esta aldea, es sacar fotos. Fotos de tormentas.
Capturar ese rayo. Ese momento y no otro donde el aire huele a agua.

Pensaba que hace unos años logre dejar de temerle al agua. Al mar y a nadar mas precisamente
Y ahora ese miedo atávico, que viene del recuerdo de cuando mi abuela siendo muy chica vio como una tormenta volaba una parte del techo en el campo mientras ella solo podía aferrarse a las faldas de su madre, no solo que ya no existe.
Ese miedo se reconvirtió en algo prodigioso y bello. En algo que me entretiene y me da constancia (casi un milagro al menos para mi).

Entonces me acuerdo de vos Mir. Y de tu frase de la tormenta. Y si bien se que eso no corrige el pasado si se que escribe un mejorado presente y un futuro como quiero que sea. 

Y sonrío porque no se cómo pero seguís siendo “mi amiga grande”, esa que me daba pocos y buenos consejos, esa que extraño y que quiero creer juega haciendo zigzag entre los rayos.  


viernes, 21 de octubre de 2022

Efecto mar y vos

 “Yo se que soy imbancable”. Alguien en el mundo piensa en mi. Charly García.




El mar de un lado y del otro, como si con un solo costado no alcanzara. Las estrellas que quedan, creo yo, más cerca. 

Estoy a kilómetros de mi epicentro. (No, centro es otra cosa).

Cuando me bajé hace una semana en esta ciudad, me pregunté varias veces en qué momento y en cuántos momentos, iba a querer salir corriendo. 
Nada de eso pasó. Jamás, nunca, sentí ganas de irme.
 
Ahora, el está a unos metros míos, trabajando. 
Se escucha a su tía 'Coco' decirle que se cuide del frío. 
Yo escribo unas notas. 

viernes, 15 de julio de 2022

Al fin el mar

“Voy a estar ahí cuando eso pase, después del mar, después de todo”. 
Pablo Ramos.



Cuando el año pasado pensé que había tenido un 2021 olvidable, me acordé de que había visto el mar dos veces en esos 365 días.

Cuando hoy pensé que… no viene a cuento arruinar con quejidos esto que escribo, ahí estaba:

Al fin el mar


Tan imponente

Tan apabullante y generoso

Una ola puede tirarte y empaparte pero en tu campera encontrás nácar…


Y entonces mis pies descansan ahí

Y estoy sola

Y si

Voy más allá del cartel que dice “no

pasar”, porque hay algo que queda a la vuelta del miedo, siempre.


Hasta que noto que en minutos la marea crece. Y veo la luna. Y agradezco estar ahí por más que a todos les parezca una buscadora de gripes o de ahogamientos.


Y me encuentro en eso de donde soy. Y me voy abajo de la lluvia a desencallar una medusa que se había quedado sin fuerzas.


Al fin el mar

Lazo de mar

La tierra de agua que me llama cada vez más fuerte. 

sábado, 25 de diciembre de 2021

Y es real

            
                           “Y aún sigo, estoy vivo y es real”. 
                                                               La Vida. Bulldog.

“Se que vas a estar ahí, después del mar, después de todo”. Pablo Ramos.





El mar de abril, abril; ese mes, vaya paradoja, me sanó. Este mar de ahora, entre fiestas 

cuadraturas 

miserias 

reencuentros 

miedos 

y amores que no necesitan designarse porque están claros, este mar me dio otra vez un horizonte.

Una perspectiva

Un futuro que pude ver y no vi oscuro

Este mar. 

La derrota, espero/ Final de mis miedos

Este mar

Vos dejándome porque sabes que en el agua soy libre y eso es mi felicidad y mi energía

Yo dejando que me dejes

Mis amigas 

Yo animándome a agarrar tu mano sin paranoia de que me sueltes

Yo viendo por primera vez en mucho tiempo que alguien ve conmigo

Mi mar

Al fin, como siempre

Al fin el mar.



domingo, 28 de marzo de 2021

Efecto mar 2


Dicen que T. S. Eliot no tenía palabras para describir el mar. Es justo entonces que al menos yo no las tenga. 

Mi primer día en el mar esta vez me dio un arcoíris y una crisálida rosa, que son mis preferidas. 

Mi segundo día, una postal de olas con luna creciente a pleno sol.

El tercero, dos caracoles gigantes de esos que dicen llevan el sonido del océano dónde sea. Ese día me animé a meterme un poco más en el agua y me di cuenta de que el mar a veces es como la vida misma.

Si a la ola la enfrentas antes de que rompa es mejor. Ese día también me dije que no sé de cuántas cosas podría decir que había aprendido tanto en tan poco tiempo.

El cuarto estuvo ventoso pero pude llenarme de ese aire infinito que viene de la galaxia agua o de no se donde. Una amiga le mostró a mi vieja una foto mía. Dicen que estoy linda. Es el efecto mar.

En el quinto encontré por separado tres partes de caracol que hacen un todo. Bailé, canté, ordené, salí a comer sola y cuando estaba ahí hablando de la nada misma con mi prima, me llamaste vos. 

Volví a la costa y había tormenta pero como me dijiste una vez la tormenta me hace bien a mi que soy medio bruja y medio no sé qué cosa.  Y escuchando el oleaje me dormí un rato pensando en que si. La perfección existe y tiene nombre de mar. 

El mar me saca lo que duele, me deja lo que sirve y me dice hasta palabras exactas. Unos días antes de volver, una nenita gritó ante las olas: "papi, tengo miedo". Y ahí pensé y sentí, que eso es algo que yo jamás voy a poder decir. Que no va a venir un papá a ayudarme con la ola por más que grite. 

Y también ahí, no sentí tristeza ni rabia, sentí fuerza. Caminé y caminé hasta eso que vos me habías enseñado se llama 'tercera rompiente'. Y a la que nunca me había animado a llegar. Y ahí me quedé flotando, saltando y riendo sintiendo esa maravilla que siente el cuerpo cuando deja de tener miedo. Y miré al cielo. Y sentí que otra vez, me mirabas orgulloso.