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domingo, 14 de noviembre de 2021

4 de Noviembre

“Son todos muñequitos que apilo, nefastos en una repisa”. Palermo 10 AM.
"Siempre los subo a un pedestal porque de otra forma ni me fijaría". Y me reseteó una vez más.


Alguien me dijo hace dos años, cuando me enteré por una foto de Instagram de que estabas de viaje con tu "me estoy separando", que hasta me habías arruinado una de mis canciones preferidas.

"La melodía de Dios". Porque claro, me enteré de tu mentira numero perdí la cuenta, un 4 de noviembre.

Pero, ¿sabes que? escribir de vos toda la vida o al menos una gran parte, es solamente eso. Palabras y líneas. Vos también estabas en 'ese' pedestal. Lo armé sola con la diferencia de que no tuve que ingeniármelas para romperlo. 

Lo implosionaste.

Hace unos días, alguien me mandó un video de "La melodía de Dios".

Y me reí de tus intenciones de marca y seña.

Y me alegré por ese video.

Que me terminó de confirmar que a tu capacidad de daño te la había dado yo

como el pedestal

como tantas otras cosas...

lunes, 18 de mayo de 2020

Ser dios y cuidarte


Buenos Aires, finales de 2008.
Para una reina infinita
La hija de la lágrima sobrepuesta.



Princesa grande de añitos pequeños, espejito de alma, ternura que no te cabe en el cuerpo. 

Reina de vida y de amores infinitos y adaptados, fuerte sin perder tu gracia, capaz de tapar los hoyos del más bajo de los infiernos, chiquita superpoderosa, damita encantada resistiendo a la vida que te empuja.

Si supieras, si entendieras el amor inmenso que me generás, si supieras lo feliz que soy cada  vez que te abrazo y dejo mi cabeza apoyada a la tuya y juego con tu pelo. 

Sentir esa ternura inalterable, pedirle a dios que te guarde, querer ser dios y cuidarte.



sábado, 7 de diciembre de 2019

Dios ha muerto Viva Dios


Cantaba encapuchado con su guitarra en la peatonal de la Chicago argenta. Le decían el Dios Punk y pese a que se entiende, si hacía punk no iba a andar cantando bajito y sin estridencias, la gente se quejaba de su arte.

A esa misma gente que no le jode ver pibes pidiendo comida en esa misma peatonal, si la jodía un pibe con una guitarra.

El Dios Punk gritaba para que el No Future se asustara y dejara de morderle los talones. El Dios Punk se desgañitaba en un mundo donde "Suavecito", "Despacito" y todas las mierdas romeosánticas son 'del bien'.

El Dios Punk era fiel a sí mismo y solo por eso, merecía respeto.

El Dios Punk ignoró eso de que "Rosario es el arte y su condena". Pero la gente, esa gente de mierda, seguía pidiendo su expulsión.

Hace unos días, una de esas personas que sentís que conocés de otra vida y que la querés porque la querés y ya, me contó mientras me mostraba unos videos que el Dios Punk se había suicidado.

Me quedé como me quedo siempre ante la muerte, jodida y llena de preguntas. Porque la muerte jode.

En el video podía verse la mirada del Dios Punk increpando a sus detractores y cantándoles un tema de Arjona. Si, ese que a las mujeres nos cuestiona hasta la menstruación, nos dice putas por coger y hasta nos habla del aborto porque seguro que tiene útero y no lo sabemos.

El Dios Punk bajó la voz y el no future se lo tragó enterito. El Dios Punk era ya invisible, hasta para él mismo.

"Casi no se supo esto, Claire", me decía él; tan enojado como yo por lo que había pasado.

Toda esa gente de mierda tendrá que encontrar otra vida en la cual meterse, porque vida propia no tienen.

Dios ha muerto

¡Viva Dios!

sábado, 14 de abril de 2018

Muerte de mierda

Hace unos días, como si fuese un juego de eso que llaman destino y que me da tanta impotencia pensar que existe, la muerte como tal, me toca de cerca mientras sé que es abril, sé que en este mes papá se fue para siempre, sé que en este mes pero hace mucho, crecí en un día y para siempre.

Primero una persona conocida, no amiga pero que una conoce que me cuenta que un auto la atropelló. Luego conversar con la viuda de un ex colega que me contaba que del mismo modo en que vio irse a su marido mientras no llegaba una ambulancia, esta vez, salvó la vida de alguien que ni sabía quien era.

Antes de eso, la hermana de un escritor a quien quiero. Joven, clínicamente sana, tenía un merendero para pibes en Avellaneda y un día de la noche a la mañana, se muere.

Y el fin de semana, la hija y la mujer de otro colega, mueren en la ruta y él se salva raspando aunque que se yo si quedar vivo en estos casos es salvarse o todo lo contrario.

Lloré fuerte con otro colega y otro me habló del "odio de Dios" porque claro, un tipo bueno, compañero, solidario. ¿Por qué?

Y siempre pienso lo mismo, muerte de mierda. Muerte hija de re mil.

Y después un día me acuesto puteando al viejo, porque si, entre tanos las cosas son así y al otro día algo que me parecía un problema; parece arreglado "desde el cielo".

Pero sigo puteando porque no se, nadie sabe, que hay después. Y porque no saber no me gusta. Y por más que transmute, reordene y cicatrice; más allá de todo eso, MUERTE DE MIERDA.

domingo, 30 de diciembre de 2012

La última calle del mundo


La piba invisible a veces ve su reflejo y, entonces se ve, en lugares concretos.

La invitaron a visitar una casa que queda camino al cementerio, por la misma calle.

Es, le guste o no, la última calle por la que vio pasar a lo que quedaba de su padre. Y ahí se dio cuenta de que siempre trata de evitar ese tramo, donde se ve pequeña, demasiado pequeña, impotente, con un dolor que sentía que le cortaba el alma.

Era chica, sintió que Dios no la había visto ni mucho menos escuchado. Cuando vio ese cajón oscuro entrando en el lado izquierdo del nicho, entendió que había algo que no iba a ver nunca más.

Una mujer, en su buena intención, trató de que no mirara. No quiso. Era la única forma en la que iba a poder entender que ya nunca más iba a ser esa princesita que existía solamente en la imaginación de ella y en la de su padre.

Al día siguiente, ya era grande.