lunes, 18 de mayo de 2020

Ser dios y cuidarte


Buenos Aires, finales de 2008.
Para una reina infinita
La hija de la lágrima sobrepuesta.



Princesa grande de añitos pequeños, espejito de alma, ternura que no te cabe en el cuerpo. 

Reina de vida y de amores infinitos y adaptados, fuerte sin perder tu gracia, capaz de tapar los hoyos del más bajo de los infiernos, chiquita superpoderosa, damita encantada resistiendo a la vida que te empuja.

Si supieras, si entendieras el amor inmenso que me generás, si supieras lo feliz que soy cada  vez que te abrazo y dejo mi cabeza apoyada a la tuya y juego con tu pelo. 

Sentir esa ternura inalterable, pedirle a dios que te guarde, querer ser dios y cuidarte.