sábado, 23 de enero de 2021

"Ni a la muerte"

 

De un tiempo a esta parte me vengo planteando el abrir este espacio a otros que como yo creen que escribir, salva. Hace casi un año, un querido amigo perdía a uno de los suyos. Como ambos tenemos horarios noctámbulos y como lo quiero muchísimo, me quedé a la distancia aguantando un poco su dolor, poniendo la oreja. Así me compartió este texto que en 2011 su amigo había escrito, como necesidad, premonición o trascendencia; quien sabe y que le dije de subir a este blog. Tarde pero a tiempo, "Hijos míos", el texto que Alejandro Roger dejó como manifiesto y porque no como una suerte de enseñanza.


Hijos míos: Hay un tiempo para nacer, un tiempo para crecer, un tiempo para morir. Por eso, lo más valioso es lo que grabamos en el alma, a través de los mejores pensamientos, sentimientos y acciones.

Quien sabe que su cuerpo es el tiempo, comprende la vida y sabe que cuando termina el cuerpo, termina el tiempo y tal vez comprenda y haya aprendido que lo que viaja dentro del cuerpo y con él, es infinito y eterno.

Quiero ajustar mi tiempo y vivir estos momentos como los mejores instantes de mi vida, sintiéndolos muy cerca en nuestras almas y grabemos esos instantes en lo profundo de nuestro ser, en lo profundo del corazón: …”Es noche para amar, como ninguna. Para morir también, pues todo tiembla, Con el misterio de las horas únicas…”

El Sentido de la Vida me atraviesa. Y solo puedo expresarlo en mi apertura y mi sonrisa, en mi abrazo y en mi mirada en búsqueda de la mirada profunda dentro de sus ojos.

Busquen el Sentido dentro de sus ojos, detrás de ellos y en lo profundo de su corazón. Allí radica la certeza de que la muerte nada detiene, de que es solo la apertura de los botones del maravilloso saco, para darle apertura al cuerpo inmortal, el energético, el espiritual.

Hijos míos, aprendan a amar mas allá del cuerpo y del ensueño, conózcanse a sí mismos y sus límites y así conocerán la verdadera liberación, la verdadera libertad, el verdadero amor.

No teman a nada, ni a la muerte, última ilusión de la conciencia.

Conozcan la conciencia y su funcionamiento en ustedes mismos y conocerán el funcionamiento de la especie humana.

Queridos hijos, intenten sin descanso ser coherentes (pensar, sentir y actuar en la misma dirección) y traten a los demás como quieren ser tratados. No pierdan el tiempo: conéctense con ustedes mismos (hay herramientas para ello, saben que yo las utilizo) y reconcíliense con todo lo existente, con ustedes mismos. Comuníquense con sus hijos, nunca dejen de intentarlo y traten de comprender a sus padres, puesto que nosotros nos hemos formado en otros paisajes mentales y humanos, que condicionaron nuestras actitudes, nuestro comportamiento.

Perder el tiempo es perder el cuerpo, el maravilloso traje del que hemos sido dotados para cumplir con la misión que descubramos (si es que deseamos descubrir el sentido de todo lo existente, el sentido de la vida).

Quedan por siempre en mi alma grabados los mejores momentos que vivo cuando miro hacia lo profundo de sus ojos y los siento dentro mío.

No tengo nada más importante que decirles, aunque tal vez ustedes necesiten que les diga que yo los amo… (pero sinceramente soy yo quien lo necesito) Yo los amo mas allá de mis ensueños, mas allá de mi cuerpo, desde lo más profundo, más allá de mis intereses. Yo amo la libertad que registro dentro de ustedes y eso lo aprendo de ustedes que me han permitido y me permiten su corazón.

Gracias por darle tanto a mi corazón, porque lo único que entró en él a través de ustedes, fue la alegría de verlos y de sentirme siempre amado. Gracias.

*Publicada originalmente en https://www.pressenza.com/

lunes, 4 de enero de 2021

Fuerza de abarcarnos

"No demasiado, solamente un toque,

acaso un leve rasgo familiar,

pero que fuerce a todos a abarcarnos

a ti y a mí cuando nos piensen solos".

Asunción de ti. M. Benedetti.




Otra vez. Una vez más. Ya ni sé por qué vez vamos. Una vez más esa promesa que ya ni vos ni yo nos creemos de "no me ves más, no te vuelvo a hablar en la puta vida, buena suerte y hasta luego"; fue una promesa incumplida. 

Otra vez una charla que empezó fría y casi a reglamento terminó en un "¿todavía no te diste cuenta de que te extraño?".

Y otra vez una llamada tuya empieza con esa palabra que en tu boca jamás va a sonar como en cualquier otra: Amor.

Y otra vez y esta vez si llegamos a fin de año sin tenernos bloqueados en los teléfonos y sin pensar mirando un nombre agendado entre cientos, qué será del otro.

Y otra vez, lugar común la muerte, y yo teniéndote porque si te soltara; creo que me estaría soltando.

Otra vez vos y yo y esto que seguimos siendo. Se llame como se llame. 

Esto que nos abarca aunque nos pensemos y aunque nos piensen solos.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Palermo 10 AM. Parte de los escombros

Noviembre de 2008, Buenos Aires.
  


Cuando empecé a darle forma a Palermo 10 AM tenía un fárrago de mails, anotadores, chats, mensajes y mi vida misma. Hace unos días, encontré en esa carpeta este correo que cuenta literalmente algo que también conté en el cuento literalmente, solo preservando los nombres. Este correo es uno de esos escombros de vida que quedaron  fuera del relato entre el armar y el desarmar. En este escombro se me desdibujan varios límites entre escritura, auto salvataje, ficción y redención. Y así desdibujado, lo linkeo al relato y aquí está.

"Cómo hacer para que creas. Creo que esa es la incógnita que me da vueltas en la cabeza, cómo hacer para que esa fuerza que admiré y admiro en vos no se perturbe ni se debilite... Hoy cuando me decías todo lo que me decías por teléfono, no podía parar de escucharte. Pero bueno, me metí a un locutorio, busqué la dirección del hospital y salí disparada. Si al menos un abrazo mío, una caricia, si algo podía servirte, quería que lo tuvieses hoy y no mañana.

Me aterra que digas que no podés creer más en las mujeres (tampoco tanto en los hombres) me aterra pensar que te exilies de millones de cosas buenas por otras tantas que fueron malas. Y yo, que ni sé cómo estoy en donde estoy con vos, sólo puedo pensar en amarte. Amarte con todo tu combo de ex, de no ex que también chillan y te berrean, amarte con tus hijos nacidos y los que ya nacen. Amarte con esa cosa que te agarra a veces de tirar todo a la mierda por más que me den ganas de decirte -qué carajo estás diciendo?! Yo sigo siendo de las que creen que el amor, al menos en su estado puro, en su estado sano, no daña. No nací sabiéndolo, lo aprendí con el tiempo.

Hace un año atrás, cuando no encontraba a mi ex a la segunda llamada, lo puteaba en arameo. A vos apenas te hago un chiste de bruja. No me volví pelotuda, como dijo una amiga. Se lo que pasás, se lo que pasa, se que quiero cuidarte y cuidarme, sé que no mentís, se que veo y escucho y leo cosas que me duelen por más que vos me digas antes como es todo, pero se que ese amor subsana cualquier desfase, cualquier bache, cualquier cosa. Que la mínima señal de impureza se borra cuando te veo, de manera instantánea.

No creía o no sabía que podía pasar esto. No sabía que podía pelear por mi deseo sin reventar y sin reventarme. Eso se aprende cuando se ama, cuando el otro importa y cuando una se pegó un par de porrazos. Yo de porrazos de la vida tengo background, pero se que no hay que hacer para golpearse de nuevo.

Algo de todo esto lo empecé a saber cuando nos vimos en el bar de Palermo ese día feriado y vos estabas con el yeso y medio inválido. Algo supe, como siempre, como casi siempre, no lo dije enseguida. Lo escribí claro, lo escribí y lo  guardé tan bien que no lo encuentro...

Pero hablaba de que yo sentía que algo quedaba quieto, imperturbable, cuando estabas cerca. Un escrito raro, mi primer indicio que aún no comprendía. Los hilos mágicos casi invisibles que nos unían, lo que notaba y no.

Muchas veces pasamos el tiempo en vano. Tiempo para que todo se acomode, tiempo para que todo se calme, tiempo para que sea buen tiempo. Y así se postergan y se pierden momentos de plenitud, de paz. Te parecerá increíble esto, pero yo estoy en paz y siento paz cuando estás cerca. Algo se me acomoda, algo está en donde debe estar sin más vueltas.

Aprendí a velar primero por los que quiero, a ver la vuelta de las cosas. Pensé una vez que no podía con nada y un día pude con todo. Recobré la fuerza, la confianza, el poder sano que tenemos todos adentro. Creo que el amor es durable, no se si infinito y eso lo tengo claro.

Por eso te digo que armemos esto como se pueda mientras tanto, como salga, pero que no dejemos de armarlo. Me revelaste sentimientos que no creía tener, vos que te decís sombra, me das todos los soles. Vos me armás un mundo entre tus brazos y ese es mi bien más preciado, que cuido y preservo. No puedo hacer nada para que me creas ni para que quieras hacerlo, sólo decírtelo como me sale, sin vueltas. Decirte que si no sale, o si sale mal, o si sale y dura una vida -diez años - dos semanas, no habrá rencores, no habrá reproches. No tengo una lista de valores o ideales de vida; pero creo en que las lealtades se preservan, en que los amores no se negocian y en que la vida es una sucesión de intentos mientras exista el respeto y la confianza.

Yo te quiero como lo que sos y lo que haces, quiero al que me dijo que en Rosario me iba a convertir en depósito de masitas Maná al lado de una compu vieja resentida y con el culo gordo, al que me habla sin dobleces, al que me mira a los ojos y me descubre, al que me habló de orfandad y supervivencia y me ahorró 20 sesiones de terapia, al que le pregunté antes de que se fuera a EEUU si quería estar conmigo y me dijo si mientras su hermoso y peludo hijo comía en la mesa de al lado. 

Tu vida fue rearmada por vos mismo. Tu pasado, lo malo, lo oscuro, ya está atrás, las manipulaciones, los huracanes, dejalos afuera. Sólo tiene poder sobre vos aquello a lo que se lo otorgás.

Besote, Larsen".

domingo, 29 de noviembre de 2020

Escribir salva, una vez más

"Sin más armas en la mano, que un 10 en la camiseta".
Maradó. Los Piojos.

Video de Pablo Ramos


A veces escribir es lo único que me sale. Además de llorar, claro. Empecé la semana ayudando a mi sobrina del alma con una herida de su gatita. Cuando me preguntó si tenía experiencia con otras mascotas le dije, “no; por mi viejo, del segundo accidente”. Y seguimos como si nada. 

Después laburé y en el medio armaba el cumple de mi vieja. Y aparece Caro, que es como Nora-de mis amigas pandemia. No nos vimos aun las caras porque nos conocimos en pleno aislamiento. Pero están. Y sobra. 

Caro me avisó con toda la delicadeza que pudo que había muerto el Diego. Nora que no lo ama a nivel tifosi como yo, me acercó la mejor imagen que me rescató ese día en el que le expliqué a tres compañeros varones, “denme un toque, estoy en shock”. 

Me entendieron y el laburo se hizo porque si él jugaba infiltrado mirá si no voy a poder configurar un site llorando. 

Sole me ayudó con el regalo. Mi tío Cachito, Marías y el profe Ferreyra con los saludos. Fer me ayudó laburando hasta tarde. Pablo me ayudó con sus palabras mágicas.  Lila y Giambro con mis y sus enojos. 

Casi que fuimos una selección, aunque yo solo sirva para jugar de 9.

Y acá estoy escribiendo y resistiendo. Defendiendo la alegría como una trinchera. En esta rara suerte que me cruza de charrúa, tana y medio argenta. Acá estoy escribiendo. Porque seguro que lo que escribí debe ser una mierda que solo me importa a mi pero una vez más te recuerdo Mir querida. Salva. Y con eso, hoy es más que suficiente.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Si Anita pudo


No, no me doy por vencida casi nunca ni mucho menos fácilmente. Pero aunque me encargue de ocultarlo muy bien, tuve esos momentos. Donde todo parece mucho y malo y sentís que no hay garra charrúa ni empuje peroncho que pueda sacarte. Hoy, esa pieza robadatos llamada Facebook me recuerda mi amistad con Ana Testa. Y pienso que en lugar de compartirle el video que me ofrecen, mejor le escribo. 

Le escribo que cuando hace un año yo estaba en Baires y me habló más de dos horas por teléfono, se me aflojaron las piernas cuando me contó que iba a rememorar y relatar la vigilancia de quien había sido su secuestrador luego de que lograra sobrevivir a esa máquina de muerte llamada ESMA. 

Desde ese día, con más claridad, también comencé a pensar como arenga que "Si Anita pudo, puedo también". Porque Anita pudo con la mismísima muerte. Pudo con el dolor, el miedo, el frío, el hambre, el abandono, el no saber si te queda un día de vida, un minuto o una semana. O nada.

Anita pudo con la perversidad que se le plantó cuerpo a cuerpo. Anita pudo contra todo lo que le hicieron para desarmarla, para dejarla sin alma; más allá de que estuviese viva o muerta.

Anita salió viva y no solo eso. Anita se ríe, milita, busca justicia, te arma una picada en su casa cuando venís bajón y no te da salir, te aconseja, te ayuda y si, hasta te regala plantas.

Anita es superpoderosa. Tiene un cielo lleno de vida en los ojos. Tiene ese brillo que se ganan los sobrevivientes. Anita enseña día a día que se puede siempre. Como Cristina; aunque apenas a 5 cuadras de mi casa.