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domingo, 27 de diciembre de 2020

Palermo 10 AM. Parte de los escombros

Noviembre de 2008, Buenos Aires.
  


Cuando empecé a darle forma a Palermo 10 AM tenía un fárrago de mails, anotadores, chats, mensajes y mi vida misma. Hace unos días, encontré en esa carpeta este correo que cuenta literalmente algo que también conté en el cuento literalmente, solo preservando los nombres. Este correo es uno de esos escombros de vida que quedaron  fuera del relato entre el armar y el desarmar. En este escombro se me desdibujan varios límites entre escritura, auto salvataje, ficción y redención. Y así desdibujado, lo linkeo al relato y aquí está.

"Cómo hacer para que creas. Creo que esa es la incógnita que me da vueltas en la cabeza, cómo hacer para que esa fuerza que admiré y admiro en vos no se perturbe ni se debilite... Hoy cuando me decías todo lo que me decías por teléfono, no podía parar de escucharte. Pero bueno, me metí a un locutorio, busqué la dirección del hospital y salí disparada. Si al menos un abrazo mío, una caricia, si algo podía servirte, quería que lo tuvieses hoy y no mañana.

Me aterra que digas que no podés creer más en las mujeres (tampoco tanto en los hombres) me aterra pensar que te exilies de millones de cosas buenas por otras tantas que fueron malas. Y yo, que ni sé cómo estoy en donde estoy con vos, sólo puedo pensar en amarte. Amarte con todo tu combo de ex, de no ex que también chillan y te berrean, amarte con tus hijos nacidos y los que ya nacen. Amarte con esa cosa que te agarra a veces de tirar todo a la mierda por más que me den ganas de decirte -qué carajo estás diciendo?! Yo sigo siendo de las que creen que el amor, al menos en su estado puro, en su estado sano, no daña. No nací sabiéndolo, lo aprendí con el tiempo.

Hace un año atrás, cuando no encontraba a mi ex a la segunda llamada, lo puteaba en arameo. A vos apenas te hago un chiste de bruja. No me volví pelotuda, como dijo una amiga. Se lo que pasás, se lo que pasa, se que quiero cuidarte y cuidarme, sé que no mentís, se que veo y escucho y leo cosas que me duelen por más que vos me digas antes como es todo, pero se que ese amor subsana cualquier desfase, cualquier bache, cualquier cosa. Que la mínima señal de impureza se borra cuando te veo, de manera instantánea.

No creía o no sabía que podía pasar esto. No sabía que podía pelear por mi deseo sin reventar y sin reventarme. Eso se aprende cuando se ama, cuando el otro importa y cuando una se pegó un par de porrazos. Yo de porrazos de la vida tengo background, pero se que no hay que hacer para golpearse de nuevo.

Algo de todo esto lo empecé a saber cuando nos vimos en el bar de Palermo ese día feriado y vos estabas con el yeso y medio inválido. Algo supe, como siempre, como casi siempre, no lo dije enseguida. Lo escribí claro, lo escribí y lo  guardé tan bien que no lo encuentro...

Pero hablaba de que yo sentía que algo quedaba quieto, imperturbable, cuando estabas cerca. Un escrito raro, mi primer indicio que aún no comprendía. Los hilos mágicos casi invisibles que nos unían, lo que notaba y no.

Muchas veces pasamos el tiempo en vano. Tiempo para que todo se acomode, tiempo para que todo se calme, tiempo para que sea buen tiempo. Y así se postergan y se pierden momentos de plenitud, de paz. Te parecerá increíble esto, pero yo estoy en paz y siento paz cuando estás cerca. Algo se me acomoda, algo está en donde debe estar sin más vueltas.

Aprendí a velar primero por los que quiero, a ver la vuelta de las cosas. Pensé una vez que no podía con nada y un día pude con todo. Recobré la fuerza, la confianza, el poder sano que tenemos todos adentro. Creo que el amor es durable, no se si infinito y eso lo tengo claro.

Por eso te digo que armemos esto como se pueda mientras tanto, como salga, pero que no dejemos de armarlo. Me revelaste sentimientos que no creía tener, vos que te decís sombra, me das todos los soles. Vos me armás un mundo entre tus brazos y ese es mi bien más preciado, que cuido y preservo. No puedo hacer nada para que me creas ni para que quieras hacerlo, sólo decírtelo como me sale, sin vueltas. Decirte que si no sale, o si sale mal, o si sale y dura una vida -diez años - dos semanas, no habrá rencores, no habrá reproches. No tengo una lista de valores o ideales de vida; pero creo en que las lealtades se preservan, en que los amores no se negocian y en que la vida es una sucesión de intentos mientras exista el respeto y la confianza.

Yo te quiero como lo que sos y lo que haces, quiero al que me dijo que en Rosario me iba a convertir en depósito de masitas Maná al lado de una compu vieja resentida y con el culo gordo, al que me habla sin dobleces, al que me mira a los ojos y me descubre, al que me habló de orfandad y supervivencia y me ahorró 20 sesiones de terapia, al que le pregunté antes de que se fuera a EEUU si quería estar conmigo y me dijo si mientras su hermoso y peludo hijo comía en la mesa de al lado. 

Tu vida fue rearmada por vos mismo. Tu pasado, lo malo, lo oscuro, ya está atrás, las manipulaciones, los huracanes, dejalos afuera. Sólo tiene poder sobre vos aquello a lo que se lo otorgás.

Besote, Larsen".

viernes, 23 de octubre de 2020

Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto

Caballito, 24 de marzo de 2010


 

La miro a ella, algo ebria, acurrucada en el taxi, me dice que está mal. Me miro a mi misma, inventando excusas para ver si lo veo o si me ve. Se fue el sábado, somos hermosas, yo tengo un short de satén que me queda perfecto, cruzo las piernas flacas arriba de los tacos de animal print y me miro cuando entro al departamento. Al menos soy linda y flaca, me digo. 

Paso lo que queda del domingo tratando de verlo pero inmóvil, en la cama, la notebook con Frida, el gato que duerme a los pies, la comida vegan, el mate, los diarios, los puchos y mis ganas de nada que no sea con el. No siento el viento, solo salgo a buscar cigarrillos y vuelvo a la pose vegetal. No doy ni lástima, no preocupo, no conmuevo, no despierto. 

Pienso que de no haber sido por el dr., hoy estaría agarrándome de los pelos. Lo odio, lo amo, lo odio, lo amo. Quiero que todo se arregle como si me despertara de un sueño feo y rabioso. 

Leo boludeces sobre las almas gemelas en sitios de internet de mala calaña. Le escribo cosas que jamás verá, busco el mail donde dice que me quiere, lo leo, pero no me sirve. Nadie me abraza los huesos en este día. Nadie me los abraza hace mucho.

Tengo que respirar por mi, nadie va a hacerlo. Miro alrededor y digo -ok arranquemos. Miro y no veo nada, solo escucho el tic tac de las teclas. Nada parece hoy muy vivo que digamos. 

Sigo escribiendo, como si en cada palabra algo de esta sensación pesada que me ocupa, se fuera disipando. Escribir, salva. Pienso en mi amiga y en mi, nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, amiga, tratemos de seguir vivas, aunque hay veces en que no se cómo se hace.


martes, 25 de agosto de 2020

Donde se me partió la vida...

- no se trata de amor
damos la vida-
Idea Vilariño. El amor.


Dicen que todos tenemos una fecha y una hora en donde se nos partió la vida (yo, tengo varias). Una de esas fechas fue hace 13 años, cuando un día como hoy, me llegó un mail tuyo invitándome a salir. 

Puedo y recuerdo con puntos y comas mi humanidad sentada frente a la PC, en mi departamento de Caballito, ese instante en que me quedé como fuera del tiempo. Leyéndote una y otra vez para convencerme. Entrando al link donde me compartías una selección de lo que más te gustaba de Idea Vilariño.

Leyendo diez líneas de un correo electrónico que juro, al día de hoy me sé de memoria. 

Y juro también, puede estar, como ahora, el mundo incendiándose; pero igual me acuerdo. 

Los cuatro días que transcurrieron hasta esa primera salida, también los sé de memoria. El derrotero para elegir mi ropa, perfume, zapatos. Creo que fue la única vez en mi vida en que fui perfectamente puntual. Cuando pasaste a buscarme, estaba lista hacía diez minutos.

Guardo el recorrido en tu auto, el restaurante armenio, el aire de Palermo, tus besos antes de dejarme en la puerta de casa.

Guardo. Te guardo a vos cuando pudiste. Guardo eso que hizo que, como decís, "pasáramos a otro nivel". 

Guardo tus ojos como nunca nadie los vio ni los va a ver.

Nadie, excepto yo.

Guardo ese momento en que mi vida se detuvo, en un antes y un después. Y nunca voy a dejar de guardarlo.